Creo que no debe haber algo que deteste más, que el hecho de organizar mi trabajo como artista y ni hablar de las planificaciones como docente, es que caminar y registrar el paso dado y el devenir del pie en el suelo, contempla esa pretensión de que, al hacerlo, veríamos con claridad una piedra antes del tropezón. Ese registro me desborda, curiosamente en tiempos donde todo queda registrado, no hay muchos lugares donde dar un testimonio que sobreviva al caudal de información he imágenes, creo que esta pagina no es una solución, pero si una alternativa para rescatar del olvido algunas obras, y sumarlas también a otras cosas que carecen de valor, pero delas que soy culpable. Confío que mañana les voy a dar un valor que hoy no puedo mensurar, de la misma manera que vuelvo a ver lo viejo para descubrir una obra nueva.
A menudo escucho hablar del taller de los artistas, ese espacio donde se produce, un espacio aislado de la realidad que nos permite estar dentro de la obra. La razón por la que se expone, es por un lado tomar distancia de ese lugar y por el otro, enfrentar la mirada del otro. Que sucede cuando no hay taller? y se produce delante de la mirada ajena y la distancia se torna relativa? Como decía, quizás la distancia no es espacial, sino temporal. Pero el gran problema del espacio está en la presencia material de la obra en cada lugar, cuanto mas hacemos, más tiempo empleamos y queda cada vez menos rincones para abarcar. Todo se llena de tierra, se arruina, se aleja de la mirada de todos y pasa a ocupar un lugar dentro de las cosas olvidadas. El espacio es finito, tiene un límite, incluso esta pagina web tiene 10 gigas de espacio, en donde cada imagen debe pasar por un filtro para tener su lugar. Hacerse un lugar seria la cuestión, para poder subir lo hecho, para pensarse en 10 años y para recordar que se hizo en la ultima década.
Este texto cambiara, espero tener mejores palabras mañana o encontrar las que ya tenia escritas.
Saludos
Juan Cuello